A lo largo de nuestras vidas recibimos y damos muchos besos, de todos los tipos, en todos los sabores, colores y pieles. Pero a medida que crecemos nuestros besos van cambiando de intenciones, significados, valor y demás.
A medida que vamos creciendo los besos se devalúan, ya no son tan especiales como el primero o el segundo. Ya no son tan deliciosos como eran los que teníamos antes de nuestra primera vez.
La proximidad de la otra persona, el sentir los labios rozar sin llegar a besar aun, el preámbulo y el desenlace esas cosas se van devaluando. Hace poco veía la archiconocida película “Spiderman 2″ y la actriz decía “Es solo un beso” en alusión a que deseaba un beso para saber si Peter Parker la amaba, pero en la expresión de Peter era “El Beso” no solo un beso.
Por más que tratemos, a medida que crecemos, nuestras formas de besar cambian y es casi imposible dar los mismos besos. A medida que vamos conociendo el mundo y los vicios es imposible que expresemos lo que no somos a través de ellos.
Siempre existirán maestros del engaño que saben cómo emular besos inocentes o algo parecidos y que nos harán caer en el recordar o revivir aquellos tiempos pero siempre hay que ser conscientes que es un juego.
Pero esto va a los besos inconclusos aquellos que alguna vez no dimos a alguien que nos gustaba demasiado pero que por x e y motivos pues las cosas simplemente no se dieron. Creo que uno más recuerda los besos que no dio que los que dio puesto que ese deseo en tiempo y espacio es más un incognito que un hecho. El beso deseado tiene una situación especial y como mencionaba anteriormente no es algo que se pueda dejar para después. Y es que después de un tiempo ya no somos los mismos, no besamos igual y se ha devaluado.
¿Si tuvieses la oportunidad de besar a esa persona en su momento no besaste… lo harías?. Los besos no es lo único que se devalúa con el tiempo, también lo son nuestros sentimientos.